





Las enfermedades genéticas en pediatría comprenden un amplio espectro de trastornos que se originan a partir de alteraciones en el ADN, ya sean heredadas o resultantes de mutaciones de novo. Estas condiciones pueden manifestarse desde el nacimiento o durante la infancia, afectando múltiples sistemas orgánicos y, en muchos casos, determinando el pronóstico del desarrollo y la calidad de vida del paciente.
El síndrome de Aarskog-Scott es un trastorno genético raro reconocido por su herencia recesiva ligada al cromosoma X, lo que significa que afecta principalmente a los varones, mientras que las portadoras femeninas pueden presentar manifestaciones leves. La causa principal es la presencia de mutaciones en el gen FGD1, responsable de codificar una proteína implicada en la señalización celular y en el desarrollo y crecimiento de diversos tejidos.
El síndrome de Coffin-Lowry (CLS) es un trastorno genético poco frecuente de herencia dominante ligado al cromosoma X, causado por mutaciones en el gen RPS6KA3. Este gen codifica la proteína quinasa RSK2, la cual está implicada en la vía de señalización Ras/MAPK, fundamental para procesos de crecimiento, diferenciación celular y función cerebral. Las alteraciones en la actividad de RSK2 resultan en la disfunción de mecanismos críticos para el desarrollo neurológico y esquelético. En consecuencia, el síndrome presenta un fenotipo altamente variable, aunque generalmente se observa una afectación más severa en varones que en mujeres, debido a la inactivación parcial del cromosoma X en estas últimas.
El Síndrome de Rett es un trastorno del neurodesarrollo que afecta casi exclusivamente a niñas, caracterizado por un desarrollo inicial relativamente normal seguido de una regresión progresiva en habilidades motoras, lingüísticas y sociales. Clínicamente se observa pérdida de la función voluntaria de las manos, aparición de movimientos estereotipados, dificultades de comunicación, y, en muchos casos, convulsiones y problemas en el crecimiento cerebral.
El Síndrome de Rubinstein-Taybi (RTS) es un trastorno del desarrollo que se manifiesta con rasgos físicos distintivos y ciertos grados de discapacidad intelectual. Entre sus características clínicas más reconocibles se encuentran la baja estatura, rasgos faciales peculiares como una frente prominente, cejas arqueadas y una nariz característica, así como anomalías de las extremidades, en particular los pulgares y los primeros dedos de los pies, que suelen ser anchos. Además, pueden presentarse otras malformaciones congénitas y, en algunos casos, anomalías cardíacas o renales. La mayoría de los casos resultan de mutaciones de novo, aunque en ocasiones puede heredarse de forma autosómica dominante.
El síndrome de Noonan es un trastorno genético de herencia autosómica dominante, incluido dentro del grupo de las RASopatías. Se origina por mutaciones en diversos genes integrantes de la vía RAS/MAPK, una ruta crítica para la señalización celular durante el desarrollo embrionario. Entre los genes implicados destacan:
PTPN11: Es el gen más frecuentemente alterado y codifica una proteína fosfatasa que modula la señalización celular. Las mutaciones en PTPN11 conducen a una activación excesiva de la cascada RAS/MAPK, afectando el crecimiento y la diferenciación.
RAF1: Participa en una etapa intermedia de la vía, y sus mutaciones se asocian frecuentemente con cardiopatías, como la miocardiopatía hipertrófica.
SOS1: Codifica una proteína que actúa como factor de intercambio de nucleótidos, facilitando la activación de Ras. Las variantes en SOS1 contribuyen a la fenotipia observada con rasgos faciales característicos y alteraciones en el crecimiento.
NRAS, BRAF y KRAS: Aunque con menor frecuencia, las alteraciones en estos genes también interfieren en la señalización RAS/MAPK, intensificando o modulando la respuesta celular en el desarrollo.
La convergencia de estas mutaciones provoca una desregulación de la cascada RAS/MAPK, que repercute en procesos fundamentales como la proliferación, diferenciación y apoptosis de células en diversos órganos.