Para llegar a lo más alto en el mundo deportivo no basta con entrenar duro, hay que entrenar de manera inteligente. Conocerse a uno mismo, es el mejor punto de partida para lograr este objetivo y la genética puede arrojar nuevas luces en relación a nuestra condición física, nuestras fortalezas debilidades.
Por medio de la realización de perfiles genéticos que estudian la predisposición a ciertas condiciones físicas se pueden realizar planes de ejercicio personalizado orientados a obtener los mejores resultados en el menor tiempo posible y de la manera más saludable.
Entre los perfiles genéticos estudiados se encuentran el perfil muscular que estudia variantes genéticas vinculadas a la predisposición muscular a realizar trabajos de fuerza y predisposición a la fatiga, el perfil metabólico que determina variantes que modifican la sensibilidad a la insulina, además del procesamiento del colesterol y grasas así como también el perfil cardiovascular que determina la resistencia cardíaca y oxigenación corporal.
Los perfiles genéticos no sólo permiten realizar rutinas de ejercicios óptimas sino que también protegen a los deportistas estableciendo fortalezas y debilidades de los mismos siendo la clave que les permite mantenerse prevenidos para evitar futuras lesiones.