El ADN es el set de instrucciones que tienen las células para saber desde cómo llevar sus funciones diarias hasta el cómo diferenciarse para generar nuevo tejido, el ADN regular todos los procesos corporales e incluso con los avances científicos de los últimos años se han establecido nexos entre este y el desarrollo de la personalidad.
Si bien la personalidad es una característica intrínseca de cada ser humano la cual está regulada no solo por factores internos (Biológicos y Psicológicos) y externos, varios estudios han determinado que mutaciones polimórficas en el ADN que favorecen o disminuyen la acción de ciertas hormonas y enzimas podrían tener un efecto directo en el cómo nos sentimos.
Genes como WSCD2 y PCDH15 están relacionados al comportamiento extrovertido mientras que genes como L3MBTL2 se relacionan a conductas neuróticas. Variantes polimórficas de estos genes pueden influir en que aspectos de nuestra personalidad son más resaltantes, e incluso varios estudios han determinado que genes relacionados a determinados aspectos de la personalidad se agrupan en “regiones” específicas en los cromosomas.
Por último también se tiene que la genética puede influir en el desarrollo de trastornos de la personalidad como lo son la esquizofrenia, síndrome de déficit de atención e hiperactividad e incluso la depresión. En la actualidad gran cantidad de pruebas genéticas están abocadas a realizar perfiles de personalidad los cuales pueden ser empleados (más allá de su valor social y de disfrute) para entender un poco mejor el porqué de muchas de nuestras reacciones emocionales.