Muchas veces vemos en las películas y series de televisión el uso de técnicas de biología molecular para determinar la presencia de una persona en una escena del crimen, si bien la mayoría de las veces estas escenas son exageradas y diseñadas para ser vistosas no se alejan del fin último de las técnicas antes mencionadas.

La técnica de oro en la Genética forense y en los estudios de criminalística es el Perfil de ADN, esta técnica no sólo es empleada en escenas del crimen para identificar posibles sospechosos sino también para las famosas pruebas de filiación biológica (Las cuales no se limitan únicamente a las pruebas de paternidad sino también se tienen las pruebas de hermandad y abuelidad).

El principio empleado es sencillo, todos los seres humanos tenemos nuestra huella genética propia y única la cual viene dada por la secuencia de ADN encontrada en nuestras células. Los biólogos moleculares y médicos forenses tienen entrenamiento el cual va desde la captación de muestras adecuadas (Cabellos, saliva, fluidos genitales, sangre, entre otros) hasta la extracción del ADN de las mismas, una vez tomada la muestra esta procede a analizarse y a compararse con la de aquellas personas que sean de interés y una vez encontrada una coincidencia se puede establecer con un 99,9% de seguridad si proviene o no de un determinado individuo.

La muestra más empleada y preferida por todos los Genetistas es la sangre ¿Por qué? Por varias razones, la primera de ella es que es sumamente sencillo extraer el ADN de estas muestras, existen infinidad de protocolos diseñados para adaptarse a la comodidad del genetista y son muestras de fácil conservación.

La segunda razón es que la sangre es fácilmente impregnada en tejidos, superficies, tela entre muchos otros, sólo con tratamientos muy sistematizados, engorrosos y que consumen demasiado tiempo se puede eliminar una muestra de sangre de una escena del crimen por lo que no es inusual encontrarlas.

Por último estas muestras son las preferidas por los Genetistas y Forenses gracias a su alto contenido de material genético, en tan sólo una gota de sangre en un caso normal se pueden encontrar entre 30 a 40 microgramos de ADN, cantidad más que suficiente para la realización de cualquier prueba de ADN de manera precisa y confiable.

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